Intentan asesinar a Miguel Uribe, precandidato presidencial de Colombia.


Un atentado sicarial ha dejado en estado crítico a Miguel Uribe, precandidato presidencial de Colombia por el partido Centro Democrático. Uribe fue atacado durante un evento político en la ciudad de Bogotá y fue ingresado de urgencia en la Fundación Santa Fe, donde se le realizaron intervenciones quirúrgicas tras recibir disparos en la cabeza y el muslo izquierdo. Actualmente, se encuentra en cuidados intensivos, y su familia ha solicitado que la clínica sea la única fuente oficial de información sobre su estado.

Las autoridades han confirmado que el atacante es un menor de 14 años, lo que complica el proceso penal y ha llevado a cuestionar la seguridad del evento. Videos del mitin revelan que el sicario tuvo acceso cercano al candidato, lo que sugiere serias fallas en el protocolo de seguridad. La Fiscalía investiga las circunstancias que permitieron este ataque, mientras la tensión política se intensifica en un país que recuerda épocas violentas de su historia.

Las reacciones al atentado han sido contundentes. Líderes políticos han condenado la violencia y han instado a moderar el lenguaje polarizante que ha caracterizado la campaña electoral. Este ataque refleja un clima de inseguridad que se ha agudizado en Colombia, especialmente en un contexto donde se avecinan elecciones generales en 2026.

La esposa de Uribe, María Claudia Tarazona, ha pedido respeto por la privacidad de la familia y ha instado a la calma en medio de la incertidumbre. Este incidente resuena con el legado de violencia que ha marcado la política colombiana y deja a los ciudadanos con un profundo temor sobre el futuro del país.

Colombia enfrenta una encrucijada crítica, donde la seguridad y la estabilidad política están en juego. La salud de Miguel Uribe es ahora un símbolo de la lucha contra la violencia en el país, y su recuperación será seguida de cerca por millones de colombianos que anhelan un cambio en la narrativa de la violencia y el miedo.