Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial y senador colombiano, fue víctima de un atentado este jueves en Bogotá, donde recibió disparos en la cabeza y el pecho mientras se encontraba en un evento en el barrio Modelia. Testigos informaron que un atacante, que se encontraba en una motocicleta, disparó a quemarropa, provocando la rápida reacción de su equipo de seguridad, que lo trasladó de inmediato a una clínica local.
El estado de salud de Uribe es crítico. Tras recibir atención inicial en la clínica AMA, fue trasladado a la Fundación Santa Fe, donde se encuentra siendo intervenido por un equipo de neurocirujanos. La gravedad de sus heridas ha desatado una ola de condenas y llamados a la unidad en todo el espectro político colombiano y de la comunidad internacional.
El ataque ha reavivado el debate sobre la seguridad de los candidatos en el país, con el ministro de Defensa ofreciendo una recompensa de hasta 3,000 millones de pesos por información que conduzca a los responsables. La Fiscalía General de la Nación ha iniciado una investigación para identificar tanto a los autores materiales como intelectuales del ataque.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, expresó su solidaridad con Uribe y condenó enérgicamente la violencia política. Desde el ámbito internacional, figuras como el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, han señalado que el atentado representa una amenaza directa a la democracia colombiana y exigen al presidente Gustavo Petro moderar su retórica incendiaria.
Mientras tanto, políticos de diversas corrientes se han acercado a la Fundación Santa Fe para apoyar a la familia de Uribe y exigir garantías de seguridad para todos los candidatos presidenciales. La situación ha generado una profunda preocupación en el país, que aún recuerda los años más oscuros de violencia política. La comunidad espera un parte médico que confirme la evolución del senador y anhela que pueda recuperarse de este grave ataque.