20 años después de la muerte de Lilia Prado, su hija confirmó el rumor.


Veinte años después de la muerte de Lilia Prado, su hija ha confirmado un rumor que ha perdurado en el tiempo, revelando una faceta íntima de la icónica actriz mexicana que cautivó al mundo con su talento y belleza. Lilia Prado, nacida como Leticia Lilia Amescua Prado en 1928 en Zaguayo, Michoacán, se convirtió en un símbolo del cine de oro mexicano, dejando su huella en más de 100 películas, entre ellas “Su vida al cielo” y “Abismos de Pasión”. Sin embargo, detrás de las luces y el glamour, se ocultaba un profundo dolor.

La revelación de su hija sobre la imposibilidad de Lilia de ser madre resuena con fuerza, recordando la tragedia de su juventud cuando perdió a su hijo nonato, un evento que marcó su vida y la llevó a renunciar a su sueño de formar una familia. En sus últimos años, la actriz enfrentó una soledad abrumadora, cuidando a su madre y sintiendo el vacío de no tener a su lado el amor de un esposo o hijos. “Vivía para el público, pero ahora solo me tengo a mí misma”, dijo Lilia en un momento de profunda tristeza.

El eco de su voz se siente hoy, mientras el mundo recuerda su legado. Pese a su fama, Lilia se sintió olvidada en sus últimos días, sufriendo de una enfermedad renal y recluida en su hogar, lejos de las cámaras que una vez la veneraron. En un homenaje póstumo, su hija ha decidido compartir detalles que revelan la complejidad de una mujer que, a pesar de ser un ícono, vivió con un anhelo profundo de conexión y amor.

La historia de Lilia Prado es un recordatorio poderoso de que incluso las estrellas más brillantes pueden llevar cicatrices invisibles. Su legado perdura no solo en el cine, sino en las emociones que dejó en quienes la amaron y admiraron. La confirmación de su hija resuena, haciendo eco de una vida marcada por la luz y la sombra, donde cada rayo de éxito fue también una batalla con la soledad.