El paramédico que escuchó las últimas palabras de Lady Di rompe su silencio después de años.


Un eco de tragedia resuena en París, donde el doctor Frédéric May, el primer médico en llegar al lugar del fatídico accidente de la princesa Diana, rompe su silencio tras años de reflexión. La noche del 31 de agosto de 1997, la ciudad iluminada por las luces de la medianoche se convirtió en el escenario de un horror inimaginable.

El Mercedes-Benz S280, en el que viajaba Diana, se precipitó a gran velocidad hacia el túnel del Pont de l’Alma, perseguido por la implacable presión de los paparazzi. En un instante, el vehículo chocó brutalmente contra un pilar de concreto, dejando un rastro de destrucción. Dodi Al-Fayed y el conductor, Henry Paul, murieron al instante. La escena era devastadora: metal doblado y cuerpos atrapados, el caos se desató.

El doctor May, que regresaba a casa, se detuvo al ver el accidente. Al abrir la puerta del coche, encontró a Diana, inconsciente y apenas respirando, en una posición que reflejaba su fragilidad. “Había esperanza”, recuerda May, quien luchó por estabilizar su respiración. Pero la esperanza fue efímera; la princesa nunca recobró la conciencia.

Mientras los equipos de emergencia trabajaban frenéticamente, la vida de Diana se desvanecía. A las 4 de la mañana, fue declarada muerta en el hospital. La tragedia no solo marcó el final de una figura icónica, sino que expuso la cruel obsesión mediática que había acosado a la princesa durante años.

Las palabras finales de Diana, susurradas con confusión y dolor, resuenan en la mente de quienes la vieron en esos momentos críticos. “¿Qué ha pasado?”, preguntó, un recordatorio desgarrador de su humanidad en medio del espectáculo. La historia de esa noche, contada por quienes estuvieron presentes, revela no solo la devastación de una vida, sino también la urgencia de tratar a cada persona con dignidad, sin importar su estatus. La memoria de Diana perdura, no solo como un ícono, sino como una mujer cuya vulnerabilidad fue expuesta en sus últimos momentos.