En una conmovedora muestra de solidaridad, la esposa de Miguel Uribe Turbay, María Claudia Tarazona, se unió a una masiva cadena de oración en las afueras de la Fundación Santa Fe en Bogotá, donde el joven político se encuentra en estado crítico. Desde las primeras horas de la mañana, decenas de personas, familiares y amigos, se han congregado con velas encendidas y rosarios en mano, elevando plegarias por la recuperación de Uribe, quien ha recibido un leve respiro de esperanza en su estado de salud.
La vigilia ha sido intensa, con un altar improvisado que se ha llenado de flores, cartas de apoyo y símbolos de fe, como la cachucha de Colombia y figuras religiosas. La emoción se palpaba en el aire, especialmente cuando María Claudia, visiblemente afectada, se unió a los cánticos y oraciones, buscando consuelo en el contacto visual con su hija Ana Sofía mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. “Cúbrelo, sánalo y libéralo”, clamó entre sollozos, reflejando el dolor de una madre y esposa en una situación desgarradora.
La multitud, que ha crecido cada noche, ha llevado a la Policía Nacional a establecer barricadas para controlar el acceso y garantizar la seguridad de todos los presentes. La comunidad se ha unido en un clamor colectivo, pidiendo por la salud de Miguel Uribe y mostrando que, en momentos de crisis, la unión y la fe son más poderosas que cualquier adversidad.
Mientras el país entero sigue de cerca los reportes médicos, la vigilia continúa, con la esperanza de que los próximos partes médicos traigan noticias alentadoras. En este momento crítico, Colombia se une en oración, deseando lo mejor para un joven que representa el futuro de la política en el país. La lucha por su vida sigue, y la comunidad no se detendrá hasta que se logre la recuperación que todos anhelan.