La comunidad LGBTQIA+ en crisis tras las declaraciones del Papa León XIV sobre que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.


La comunidad LGBTQIA+ se encuentra en estado de conmoción tras las declaraciones del Papa León XIV, quien afirmó que el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer. La reciente ceremonia de inauguración del nuevo pontífice en Roma reunió a líderes mundiales y marcó un regreso a las raíces conservadoras de la Iglesia Católica. Durante una reunión con el cuerpo diplomático del Vaticano, León XIV reafirmó que la familia se basa en esta unión tradicional, una postura que contrasta drásticamente con la bendición de relaciones LGBTQIA+ otorgada por su predecesor, el Papa Francisco.

La reacción entre los católicos liberales ha sido de profunda preocupación. Algunos han expresado su temor de que el nuevo Papa revierta los avances logrados en la inclusión de la comunidad LGBTQIA+. En 2012, León XIV había criticado la cultura popular que, según él, promueve estilos de vida en conflicto con los principios del evangelio, citando específicamente las familias formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos.

A pesar de su firme postura contra el matrimonio homosexual, el Papa también se ha pronunciado en contra de la legalización del aborto, defendiendo la dignidad de los no nacidos y de los ancianos como criaturas de Dios. Las reacciones en línea han sido mixtas, con algunos comentaristas lamentando lo que consideran una visión regresiva sobre género y sexualidad, mientras que otros ven en sus declaraciones un retorno a la doctrina católica tradicional.

Sin embargo, León XIV no ha eludido temas controvertidos como la inmigración, criticando la deportación masiva que, según él, viola la dignidad humana. En un claro desafío a las políticas de la administración Trump, el Papa subrayó que cada migrante tiene una historia y un nombre, y no debe ser tratado como una estadística. Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión entre el Vaticano y figuras políticas estadounidenses, lo que sugiere que la nueva dirección del papado podría tener implicaciones significativas en el ámbito político y social global.