El Papa León XIV ha hecho un llamado urgente a los fieles católicos para que se despierten y comprendan la profunda importancia del momento en que el sacerdote eleva la Eucaristía durante la misa. En un emotivo mensaje, el Papa instó a los creyentes a no dejar pasar desapercibido este instante sagrado, donde el cielo toca la tierra y el altar se convierte en un nuevo Calvario.
Durante su discurso, el Papa subrayó que este momento, aunque breve, está cargado de significado eterno. “En ese preciso segundo, una puerta se abre entre los mundos visible e invisible”, declaró. El Papa también compartió historias conmovedoras de fe, como la de una madre que, durante dos años, oró fervientemente por el regreso de su hija a la fe, encontrando consuelo en la Eucaristía.
León XIV instó a los fieles a practicar la adoración, la ofrenda y la petición durante la elevación de la hostia, describiendo estas acciones como un “baile sagrado” que alinea el alma con el corazón de Cristo. “La adoración no es solo un gesto, sino la entrega de todo nuestro ser en asombro y amor”, enfatizó.
El Papa también advirtió sobre las distracciones que pueden desviar la atención de este momento crucial, instando a los feligreses a prepararse espiritualmente antes de la misa y a comprometerse a vivir la Eucaristía de manera activa en sus vidas cotidianas. “Cada misa es una nueva oportunidad para contemplar a Cristo”, afirmó.
Con un tono de urgencia, León XIV concluyó su mensaje recordando que la Eucaristía no solo transforma vidas individuales, sino que también tiene el poder de cambiar comunidades y el mundo. “Dejemos que la Eucaristía sea nuestra paz y nuestro tesoro verdadero”, exhortó, invitando a todos a unirse en esta misión de revitalizar la fe en un mundo que a menudo se siente frío y distante.