**Conductor admitió que sabía que habría un homicidio, pero no que la víctima sería Miguel Uribe**
En un giro impactante en la investigación del atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe, el conductor Carlos Eduardo Mora González ha admitido que estaba al tanto de un plan para asesinar a alguien, aunque no sabía que el objetivo era el político. Este revelador testimonio, que ha sacudido a la opinión pública, abre la puerta a una investigación transnacional en busca de los autores intelectuales detrás del crimen.
Mora González, un ciudadano colombovenezolano de 34 años, fue interrogado por la Fiscalía y confesó haber recibido instrucciones de una figura conocida como “el costeño”, quien supuestamente ordenó el ataque. Según su declaración, el plan incluía una serie de reconocimientos previos en el barrio Modelia y la organización de la logística para llevar a cabo el ataque el pasado 7 de junio. Mora reveló que se le prometieron 5 millones de pesos por su participación, que incluyó estar presente en el vehículo donde se le entregó el arma al menor que disparó contra Uribe.
A pesar de su implicación, Mora González insistió en que pensaba que el ataque era parte de una pelea entre bandas ilegales y no se imaginaba que el blanco fuera un político de alto perfil. Enfrenta cargos de tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y uso de menores en la comisión de delitos.
Este escándalo no solo pone en jaque la seguridad de los candidatos en la contienda electoral, sino que también revela la complejidad de las redes criminales que operan en la región. Mora, quien ya tenía un historial delictivo por tráfico de armas y estupefacientes, ahora colabora con la justicia, lo que podría desmantelar una trama más amplia que amenaza la estabilidad política del país. La urgencia de este caso no puede subestimarse, ya que las implicaciones son profundas y potencialmente devastadoras para la democracia colombiana.