El Rey Felipe VI se encuentra en un momento de profunda angustia tras recibir la devastadora noticia sobre el grave estado de salud de su tía, la Princesa Irene de Grecia. Este trágico acontecimiento ocurrió durante un acto oficial en Sevilla, donde el monarca, a pesar de su compromiso, no pudo ocultar su preocupación y tristeza. Fuentes cercanas a la Casa Real revelan que la situación de la Princesa Irene es crítica y podría ser irreversible, lo que ha dejado a Felipe VI emocionalmente afectado, especialmente por el impacto que esto tiene en su madre, la Reina Sofía.
La Princesa Irene ha sido un pilar fundamental en la vida de la Reina Sofía desde 1981, y su deterioro físico está causando estragos en la salud emocional de la monarquía. La reciente muerte del hermano de Sofía, el Rey Constantino de Grecia, ya había dejado una profunda huella, y ahora, el agravamiento de Irene representa un nuevo golpe devastador. La Casa Real ha optado por el hermetismo, sin emitir comunicados oficiales, lo que intensifica la incertidumbre sobre la situación.
Felipe VI ha intensificado sus visitas a Zarzuela, priorizando el apoyo a su madre en este momento tan complicado. A pesar de su apretada agenda, el monarca está decidido a estar presente para Sofía y enfrentar juntos este difícil capítulo. La familia real se encuentra en una calma tensa, aguardando una posible mejoría de la Princesa Irene, mientras el ambiente en Zarzuela se torna cada vez más sombrío.
La situación es crítica y el tiempo apremia. La salud de la Princesa Irene y el bienestar emocional de la Reina Sofía están en el centro de la atención, mientras la Casa Real navega este turbulento momento con la máxima discreción. La nación observa con preocupación, esperando noticias que puedan aliviar esta angustiosa incertidumbre.