Un atentado escalofriante sacudió a Colombia el pasado sábado, cuando el senador Miguel Uribe, precandidato a la presidencia y figura prominente del Centro Democrático, fue atacado por un niño sicario de apenas 15 años. A las 5:38 de la tarde, en un parque del barrio Modelia de Bogotá, el menor disparó en múltiples ocasiones, impactando al senador en la cabeza y llevándolo a una situación crítica tras una cirugía de más de tres horas.
La conmoción es palpable en el país. Uribe, conocido por su firme postura sobre la seguridad y su historia familiar marcada por la violencia del narcotráfico, se encuentra en una Unidad de Cuidados Intensivos, donde los médicos han informado que su pronóstico es reservado. La esposa del senador, Claudia Tarazona, y sus seguidores claman por oraciones, mientras la nación observa con el corazón en la mano.
El ataque, que ha dejado a muchos en estado de shock, se produce en un contexto político tenso. Miguel Uribe, quien ha sido un crítico del presidente Gustavo Petro, se encontraba en un evento político cuando ocurrió el atentado. Las investigaciones iniciales revelan que el niño sicario, que había recibido apoyo del programa gubernamental “Jóvenes en Paz”, no solo carecía de una verdadera reintegración social, sino que parece haber actuado bajo órdenes de un grupo delictivo local.
Los detalles del atentado son perturbadores. Videos de la escena muestran el momento del ataque y la confusión que siguió, con testigos intentando intervenir. La seguridad del senador ha sido cuestionada, y se han abierto investigaciones sobre la insuficiencia de los dispositivos de protección que le habían sido asignados. La situación ha encendido un debate sobre la seguridad en el país y la efectividad de los programas destinados a jóvenes en riesgo.
Colombia se encuentra en un punto crítico, y el futuro de Miguel Uribe, así como el impacto de este atentado en la política nacional, son inciertos. La comunidad espera ansiosamente noticias sobre su estado, mientras la sombra de la violencia del pasado vuelve a acechar al presente.