El mundo del cine mexicano se encuentra de luto tras la devastadora noticia del fallecimiento de Jorge Rivero, un ícono de la época dorada del cine. Su hija, visiblemente afectada, rompió en llanto al confirmar la trágica pérdida de su padre, quien dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica y en los corazones de millones de admiradores.
Nacido en Guadalajara en 1938, Jorge Rivero se destacó no solo por su atractivo físico, sino también por su impresionante talento actoral. Con más de 110 películas en su carrera, se convirtió en un símbolo de la belleza masculina y un referente en el cine de acción y aventuras. Su trayectoria comenzó en el deporte, donde brilló como nadador y jugador de waterpolo, pero fue en el cine donde realmente encontró su vocación.
A lo largo de su carrera, Rivero compartió pantalla con algunas de las actrices más bellas de su época, convirtiéndose en el compañero ideal en la pantalla. Desde su papel en “El asesino invisible” en 1964 hasta sus colaboraciones con El Santo, su presencia en el cine no solo deslumbró a los espectadores, sino que también demostró su capacidad actoral más allá de su físico.
La noticia de su fallecimiento ha conmocionado a la comunidad artística, que recuerda a Jorge no solo como un galán, sino como un hombre de principios, disciplina y dedicación. A pesar de su éxito, siempre mantuvo una vida personal alejada de las luces, siendo conocido como un caballero en todos los aspectos de su vida.
El legado de Jorge Rivero perdurará en el tiempo, no solo por su extensa filmografía, sino también por el impacto que tuvo en generaciones de jóvenes que lo vieron como un modelo a seguir. Su nombre sigue siendo un símbolo de la época dorada del cine mexicano, y su partida deja un vacío que será difícil de llenar.