¡GRITOS y peleas! Felipe VI y la Infanta Cristina protagonizan un momento tenso en su 60 cumpleaños.


**Título: La Tensión en Zarzuela: El Cumpleaños de la Infanta Cristina se Convierte en un Escenario de Conflicto Familiar**

 

El pasado viernes, la celebración del 60 cumpleaños de la infanta Cristina en el Palacio de Zarzuela se tornó en un espectáculo de tensiones familiares que dejó a todos los presentes boquiabiertos. Lo que debería haber sido una noche de alegría y reencuentro se transformó en una acalorada discusión entre la infanta y su hermano, el rey Felipe VI, evidenciando las profundas fracturas que atraviesan la familia real española.

La fiesta, que reunió a un selecto grupo de familiares y amigos cercanos, se vio marcada por la notable ausencia del rey emérito Juan Carlos I, quien no fue invitado por su hijo, Felipe VI. Este veto, según informan fuentes cercanas, fue el detonante de un enfrentamiento que escaló rápidamente. La infanta Cristina, visiblemente molesta, reprochó a su hermano la decisión de excluir a su padre en un momento tan simbólico, considerando que podría ser una de las últimas oportunidades de reunir a la familia al completo.

Los asistentes, que incluían a la reina Sofía y la infanta Elena, intentaron mantener un ambiente cordial, pero la tensión era palpable. Felipe VI llegó con un regalo para su hermana, pero su presencia breve fue suficiente para encender la chispa del conflicto. La conversación, que comenzó en un tono relativamente neutral, se tornó rápidamente en una discusión acalorada, donde Cristina le cuestionó a Felipe la falta de sensibilidad hacia su padre, mientras él defendía su postura institucional.

La situación se volvió tan incómoda que la mayoría de los presentes no sabía cómo reaccionar. En medio de este ambiente cargado, Felipe abandonó la celebración, dejando atrás una atmósfera de incomodidad que no se disipó. La ausencia de la reina Leticia y de las jóvenes princesas, Leonor y Sofía, solo acentuó la gravedad de la crisis familiar que se desató esa noche.

Este cumpleaños, que prometía ser un homenaje íntimo y emotivo, terminó siendo un recordatorio de las profundas divisiones que afectan a la monarquía española. La falta de un brindis colectivo y de palabras emotivas al final de la velada refleja que, en la Casa Real, las cosas no están bien. La crisis que atraviesa la institución se hace más evidente con cada evento público, y este cumpleaños de la infanta Cristina es solo un nuevo capítulo en un drama familiar que parece no tener fin.

La tensión en Zarzuela es un claro indicativo de que las relaciones familiares están más frágiles que nunca. Con la mirada atenta de la opinión pública y los medios, la familia real española deberá encontrar la manera de sanar estas heridas si quiere preservar la imagen de la corona en tiempos tan complicados.