Lewis Hamilton, uno de los íconos más grandes de la Fórmula 1, ha enfrentado un duro revés en su carrera empresarial con el cierre de Neat Burger, su cadena de hamburguesas veganas, tras pérdidas que ascienden a 8 millones de libras. Este emprendimiento, lanzado en 2019 en colaboración con el actor Leonardo DiCaprio, prometía revolucionar la comida rápida con opciones sostenibles y saludables, justo en un momento en que la demanda por alternativas veganas estaba en auge.
A pesar de un inicio prometedor y una rápida expansión que incluyó varias ubicaciones en el Reino Unido y Nueva York, la realidad económica se tornó oscura. En 2022, Neat Burger reportó pérdidas significativas, que se duplicaron en comparación con el año anterior. Factores como el aumento de costos operativos, la inflación y una feroz competencia en el sector contribuyeron a un desplome que culminó en el cierre de sus tiendas en el Reino Unido, dejando a 150 empleados sin trabajo.
La noticia resonó en los medios, no solo por las pérdidas laborales, sino también por el impacto que esto tiene en la imagen de Hamilton. La narrativa se entrelazó con sus recientes dificultades en la pista, lo que intensificó el escrutinio público. Este episodio se inscribe en una tendencia más amplia donde numerosas estrellas del deporte han luchado por triunfar en el competitivo mundo de la gastronomía.
El equipo de Hamilton ha calificado la decisión de cerrar como un movimiento estratégico, sugiriendo que no es un adiós definitivo, sino un posible reinicio. “A veces, es necesario dar un paso atrás para poder avanzar”, afirmaron. Esta filosofía de resiliencia no es nueva para Hamilton, quien ha demostrado su capacidad para recuperarse de los desafíos en su carrera deportiva.
El cierre de Neat Burger es un recordatorio contundente de que incluso los más grandes enfrentan adversidades fuera de su zona de confort. La historia de Hamilton sigue siendo una de perseverancia, riesgo y la búsqueda de innovar, incluso cuando el camino se torna difícil. Su disposición a explorar nuevas fronteras, a pesar de los fracasos, lo hace más humano y, quizás, más inspirador.