El Papa León XIV ha lanzado una advertencia urgente a los católicos, instándolos a dejar de utilizar cinco frases que, según él, están socavando su fe y abriendo la puerta a la desesperanza. En un mensaje cargado de compasión y firmeza, el Papa subraya que muchas de estas expresiones, que parecen inofensivas, en realidad alimentan mentiras que alejan a los creyentes de la verdad del Evangelio.
Las palabras, según el Papa, tienen un poder inmenso, y cada frase que pronunciamos refleja lo que llevamos en el corazón. “De la abundancia del corazón habla la boca”, recuerda, enfatizando que nuestras conversaciones cotidianas pueden edificar o destruir. La advertencia se hace aún más urgente en un contexto donde muchos católicos, sin darse cuenta, están adoptando un lenguaje que refuerza la duda y el desánimo.
El Papa León XIV menciona que frases como “Dios no me escucha” o “ya no hay esperanza” son semillas de desesperanza que, repetidas, crean una atmósfera negativa que afecta no solo a quienes las pronuncian, sino también a quienes las escuchan. En este sentido, el mensaje no es solo una llamada a la reflexión personal, sino una invitación a transformar el entorno espiritual de los hogares y comunidades.
El Papa también recuerda el ejemplo de San Francisco de Asís, quien, al cambiar su manera de hablar, encontró un nuevo propósito y paz interior. Este cambio, según el Papa, no es solo un acto moral, sino una transformación espiritual que puede abrir la puerta a la gracia.
La advertencia del Papa León XIV es clara: el lenguaje que utilizamos tiene consecuencias profundas. Por ello, invita a todos los católicos a examinar sus palabras y a optar por un discurso que edifique y no que destruya. En un mundo donde las palabras pueden ser herramientas de esperanza o de desánimo, el llamado es a elegir con sabiduría y fe.