**El legado de Musha Carabajal: un adiós que resuena en el folclore argentino**
El mundo del folclore argentino se encuentra de luto tras la inesperada partida de Musha Carabajal, un ícono que dejó una huella imborrable en la música nacional. A tan solo semanas de su última actuación en el Festival de Cosquín, donde deslumbró a su público, su familia anunció su fallecimiento, dejando un vacío profundo en el corazón de sus seguidores y de la comunidad artística.
Mario Rolando Carabajal, conocido cariñosamente como Musha, nació el 2 de junio de 1954 en Santiago del Estero. Desde joven, la música y el fútbol fueron sus grandes pasiones, pero fue en el escenario donde encontró su verdadera vocación. Integrante de la célebre familia Carabajal, Musha se unió al grupo familiar en 1967, convirtiéndose en la voz que resonó en los corazones de miles de argentinos.
Su carrera estuvo marcada por éxitos y un compromiso inquebrantable con el folclore. A lo largo de su trayectoria, no solo se destacó como cantante, sino también como compositor y defensor de los nuevos talentos, impulsando la enseñanza del folclore en las escuelas y creando espacios para artistas emergentes.
La noticia de su desvinculación del grupo Carabajal, debido a su delicado estado de salud, fue un golpe para sus fanáticos. En una conmovedora entrevista previa a su fallecimiento, Musha se mostró optimista y agradecido por su trayectoria, dejando claro que su amor por la música perdurará más allá de su ausencia.
Su funeral en Buenos Aires y el posterior homenaje en su tierra natal fueron un testimonio del cariño que la gente le tenía. Artistas y amigos se unieron para rendirle tributo, recordando su voz y su pasión por el folclore.
Musha Carabajal no solo fue un artista; fue un símbolo de la identidad argentina. Su legado vivirá en cada acorde, en cada canción que resuene en los corazones de quienes lo conocieron y amaron. Su partida deja un eco profundo en el folclore, pero su música seguirá siendo un faro que guiará a las futuras generaciones.