Colombianos se unen en fervientes oraciones por la salud de Miguel Uribe Turbay, quien continúa en estado crítico en la Fundación Santa Fe. A pesar de la lluvia y el clima impredecible, cientos de ciudadanos se agrupan frente al hospital, encendiendo velas y elevando plegarias por la recuperación del senador y precandidato, cuya situación médica se mantiene con pronóstico reservado.
Desde diversas ciudades, familias enteras, muchas de ellas con historias de vida marcadas por la guerra, llegan a Bogotá con un solo propósito: implorar por la sanación de un líder que ha sido faro de esperanza para muchos. “Vengo con mi amiga Viviana a ofrecer el Santo Rosario por su salud, porque como católica, creo que para Dios nada es imposible”, expresa una de las asistentes, mostrando la fe que une a los presentes.
Mientras el último parte médico, emitido hace cuatro días, revela que Uribe Turbay sigue en estado crítico, los colombianos no se rinden. “Venimos desde Ibagué a encender una vela y a orar por su vida”, dice una familiar de un militar, reflejando el profundo compromiso de quienes han vivido la tragedia de este país en carne propia.
El altar improvisado, erigido por la comunidad, se convierte en un símbolo de esperanza y solidaridad. “Estábamos haciendo ciclovía y decidimos detenernos para pedirle a Dios que restaure su salud”, comenta un ciclista, resaltando cómo la cotidianidad se entrelaza con la urgencia de la situación.
Con rosarios en mano y corazones llenos de fe, los colombianos siguen esperando un milagro. La comunidad permanece alerta y unida, dispuesta a luchar por la vida de un hombre que representa tanto para el país. La vigilia continúa, y la esperanza no se apaga.