Ringo Starr, el legendario baterista de The Beatles, ha hecho una revelación explosiva que sacude los cimientos de la historia musical. En una reciente entrevista, a sus 84 años, ha desmentido la creencia popular de que Yoko Ono fue la culpable de la disolución de la banda más influyente del siglo XX. En un giro inesperado, Starr ha declarado que la separación se debió a un proceso natural: “No fue Yoko ni Linda. Simplemente, todos alcanzamos un grado de madurez”, afirmó con una sinceridad que desarma.
La confesión de Ringo llega en un momento en que los fanáticos han cargado durante décadas con la culpa de una figura que, según muchos, simboliza la ruptura del cuarteto de Liverpool. “De repente, todos teníamos 30 años, estábamos casados y nuestras prioridades cambiaron”, continuó. Esta perspectiva ofrece una nueva luz sobre la compleja relación entre los miembros de la banda, despojando de dramatismo lo que había sido considerado un cisma irreparable.
Starr también destacó que, a pesar de las tensiones y diferencias, la música siempre prevaleció. “No había un solo momento en que la discusión interrumpiera la música”, recordó, subrayando la profunda conexión que los unía. Esta declaración es un soplo de aire fresco para millones de seguidores que han visto en Yoko Ono la villana de la historia.
La revelación de Ringo no solo reescribe la narrativa de la separación de The Beatles, sino que también resalta la humanidad detrás de la leyenda. En un mundo donde los mitos a menudo oscurecen la verdad, la voz del baterista invita a la reflexión y a un entendimiento más profundo de la evolución de una banda que cambió el rumbo de la música para siempre. La historia de The Beatles sigue viva, y Ringo, como su guardián, continúa iluminando el camino con su sinceridad y amor por la música.