En un giro devastador, la autopsia preliminar de Juliana Marins, la brasileña que sufrió un trágico accidente en una ruta de un volcán en Indonesia, ha confirmado que murió por hemorragia interna provocada por múltiples lesiones. Las autoridades indonesias revelaron que la joven, que había sido vista moviéndose horas después de caer, sufrió fracturas graves en el pecho, la columna y la cabeza.
El informe médico indica que Juliana falleció aproximadamente 20 minutos después de recibir un fuerte golpe en la espalda. Sin embargo, el día exacto de su muerte sigue sin esclarecerse, lo que añade una capa de incertidumbre a este trágico suceso. Testigos, incluidos turistas españoles, la vieron a 300 metros de la senda, mientras un drone la localizaba inerte días después del accidente.
Los rescatistas enfrentaron serios obstáculos para llegar a ella, ya que la cuerda utilizada era insuficiente para alcanzar el lugar donde se encontraba. Finalmente, lograron acceder a su ubicación, pero para entonces, ya era demasiado tarde. Juliana fue encontrada sin vida a 600 metros del sitio de la caída.
En una respuesta a esta tragedia, el gobierno brasileño ha modificado un decreto que impedía financiar el traslado de cuerpos de ciudadanos fallecidos en el extranjero. Ahora, las familias que enfrenten dificultades económicas podrán recibir apoyo en estos casos. La embajada de Brasil en Jacarta ya ha recibido los fondos necesarios para ayudar a la familia de Juliana.
El padre de Juliana, Manuel Marinhos, quien se encuentra en Bali, expresó su profundo dolor por la pérdida de su hija, afirmando que cada día la extraña más. “Te amo demasiado, y cada vez la dolor aumenta”, dijo con la voz entrecortada. Este trágico accidente ha dejado una huella imborrable en la comunidad y en su familia, que ahora enfrenta la difícil tarea de despedirse.