** ¡Adiós, Uribe! La Gente de Medellín se Levanta Contra el Expresidente**
En un giro inesperado y dramático, Álvaro Uribe Vélez, el controvertido expresidente de Colombia, fue echado de su propia tierra en Medellín, en un acto de rechazo que resonó con la frustración de un pueblo cansado de la política tradicional. La escena fue tensa: en medio de su intento de hacer campaña en un barrio afectado por la reciente tragedia de una avalancha, los paisas no dudaron en manifestar su descontento. “No queremos políticos baratos, váyase”, gritaban mientras él intentaba acercarse a las familias damnificadas.
Este desplante público no solo refleja el malestar hacia Uribe, sino también un descontento más amplio con el uribismo en un momento crítico para Colombia. La aprobación de una reforma laboral y un juicio histórico que pide cárcel para Uribe han encendido los ánimos en un país que ha sufrido profundamente. La gente, cansada de promesas vacías y abandono, alzó su voz en un claro mensaje: ya no hay espacio para la manipulación política.
Mientras Uribe intentaba posicionarse como un salvador en medio del caos, la comunidad le dio la espalda, exigiendo respuestas concretas y acciones efectivas en lugar de discursos vacíos. La situación se intensificó cuando el presidente Gustavo Petro, en medio de la crisis, defendió su gestión y los avances en justicia social, contrastando claramente con la inacción de la oposición.
La jornada se convirtió en un símbolo de resistencia y cambio. Los habitantes de Medellín, que han enfrentado desafíos significativos, no están dispuestos a aceptar más promesas sin sustancia. Con la mirada puesta en un futuro más digno, la comunidad paisa dejó claro que no se dejarán engañar nuevamente. Este acto de desobediencia civil no solo marca un hito en la política local, sino que podría ser el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Colombia.