Justicia para Vanessa Másmela: 30 años de prisión para el extranjero que la mató por robarle su celular.


**Justicia para Vanessa Másmela: 30 años de cárcel para el asesino que la mató por un celular**

En un giro desgarrador de los acontecimientos, el juez ha dictado una sentencia de 30 años de prisión para Pedro Acosta, el hombre que asesinó a la joven de 22 años, Vanessa Másmela, en un brutal intento de robo en Bogotá. Este caso ha dejado una profunda huella en la sociedad colombiana, evidenciando la creciente preocupación por la inseguridad en las calles de la capital.

El crimen, ocurrido el 25 de mayo de 2024, tuvo lugar en la localidad de Barrios Unidos, cuando Vanessa se dirigía a su trabajo a primera hora de la mañana. Acosta, armado con un cuchillo, atacó a la joven, infligiéndole 12 puñaladas en un forcejeo que duró apenas dos minutos. A pesar de sus esfuerzos por escapar, Vanessa sucumbió a las heridas, dejando a su familia y amigos devastados.

Durante el proceso judicial, que se extendió por 13 meses, la familia de Vanessa luchó incansablemente por justicia, recordando que cada uno de sus 22 años de vida fue un regalo. En la audiencia final, Acosta mostró signos de nerviosismo, incluso tratando de evitar escuchar el veredicto que lo declaró culpable de homicidio y hurto agravado. La condena, aunque no devolverá la vida a Vanessa, sienta un precedente en la lucha contra la violencia y el crimen que azota a Bogotá.

Este trágico suceso ha reavivado el debate sobre la inseguridad en la ciudad, donde el 49.6% de los ciudadanos considera que este es el principal problema que enfrentan. Los recientes intentos de robo y la violencia creciente han llevado a los residentes a reforzar la seguridad de sus hogares, creando un ambiente de miedo y desconfianza.

Mientras la comunidad llora la pérdida de una vida tan joven y llena de promesas, la sentencia de Acosta se convierte en un símbolo de la necesidad urgente de abordar la inseguridad en Bogotá. La lucha por la justicia de Vanessa Másmela no solo es un llamado a la acción, sino también un recordatorio de que cada vida cuenta y merece ser protegida.