La herencia de Rubby Pérez generará conflictos entre Zulinka y sus mujeres.


El inesperado legado de Rubby Pérez ha desatado una tormenta de conflictos familiares y mediáticos tras su fallecimiento. Sulinka Pérez, su hija mayor, ha abierto la caja de Pandora al revelar secretos ocultos sobre la vida del icónico merenguero, desatando una serie de disputas que amenazan con dividir a su familia y poner en entredicho su legado musical.

Pérez, quien falleció trágicamente durante un colapso estructural en un club nocturno, dejó un trasfondo complejo que ha sido objeto de atención mediática. Sulinka, visiblemente afectada, denunció en una reciente entrevista que su padre tuvo siete hijos, de los cuales solo cuatro fueron reconocidos oficialmente. Acusaciones de traición y celos han surgido, especialmente en torno a la figura de Ana Beatriz, una de las hijas no reconocidas, quien ha sido presentada como una figura clave en la vida de Rubby.

La situación se intensificó con rumores sobre un testamento no oficial que podría favorecer a Ana Beatriz, lo que ha llevado a Sulinka a prometer que luchará por la justicia y la verdad en la historia de su padre. “No quiero que se borre nuestra historia ni que se glorifique una versión incompleta de él”, declaró con determinación.

El drama no solo se limita a las disputas familiares; también ha atraído la atención de la Fiscalía General, que ha iniciado investigaciones sobre las condiciones del club donde ocurrió la tragedia. Los informes técnicos indican negligencias que podrían haber contribuido al colapso, lo que ha llevado a un clamor público por justicia.

Mientras los medios de comunicación continúan cubriendo la historia desde múltiples ángulos, la familia se encuentra en el centro de un torbellino emocional y legal. Sulinka ha decidido continuar el legado artístico de su padre con una nueva orquesta, “Los Hijos de Rubby”, pero las tensiones sobre quién debería formar parte de este proyecto siguen latentes.

La historia de Rubby Pérez ha pasado de ser un tributo a un ícono del merengue a convertirse en un debate sobre la verdad, la memoria y el costo de la fama, dejando a su familia enfrentando no solo la pérdida, sino también el desafío de defender su legado ante un mundo que ahora exige transparencia y justicia.