**Aaron Nesmith es la prueba de que la situación es clave para el desarrollo de un jugador**
Los Boston Celtics seleccionaron a Aaron Nesmith con el décimo cuarto pick en el Draft de la NBA de 2020. Al debutar, le costó encontrar un rol consistente, ya que estaba detrás de Jayson Tatum y Jaylen Brown en la rotación.
Cuando Nesmith jugaba, a menudo se destacaba como un defensor en lugar de un tirador. En sus dos temporadas con Boston, promedió un 31.8% desde el arco de tres puntos, con solo 2.3 intentos por partido.
Luego, Nesmith fue transferido a los Indiana Pacers en un trato que envió a Malcolm Brogdon a Boston. Bajo el mando del entrenador Rick Carlisle, en un equipo de Indiana en reconstrucción, Nesmith tuvo el tiempo de juego y la flexibilidad para cometer errores necesarios.
En sus tres años con los Pacers, Nesmith ha lanzado un 40.2% desde la línea de tres puntos en 4.4 intentos por partido. También promedia 11.3 puntos, 3.8 rebotes y 1.4 asistencias. Lo más importante, se ha convertido en titular en uno de los equipos jóvenes más emocionantes de la liga.
Nesmith se está preparando para sus segundas finales de conferencia del Este en tres años.
El crecimiento que hemos visto del producto de Vanderbilt probablemente no habría ocurrido si se hubiera quedado en Boston. No porque los Celtics no puedan desarrollar talento joven —hemos visto demasiadas pruebas en sentido contrario—, sino porque su situación en esa plantilla no era propicia para su desarrollo.
Los talentos jóvenes necesitan un entorno que les permita crecer a través de los errores. Por eso, los equipos en reconstrucción priorizan el talento joven. La mejor manera de convertir a alguien en una estrella es dejarlo jugar y que encuentre su camino.
Nesmith nunca será un Tatum o un Brown. Sin embargo, es un titular probado capaz de sostenerse contra los mejores del mundo, en ambos lados de la cancha. Se está acercando a convertirse en un campeón.
Con el draft de 2025 acercándose, vale la pena recordar que no todos los jugadores en apuros son un fracaso. La situación y la adecuación a la plantilla son componentes clave de una carrera exitosa en la NBA. Desafortunadamente, los jugadores no tienen voz sobre dónde terminan. Tampoco pueden imaginar cómo encajarán en los planes de un entrenador antes de entrar en la estructura y comenzar a luchar por minutos.
El éxito tiene múltiples capas, y la carrera de Nesmith prueba que cambiar de equipo puede alterar significativamente una trayectoria.