Mariano Ozores: el gran amor y la familia menos conocida del maestro de la comedia popular


**Mariano Ozores: el gran amor y la familia menos conocida del maestro de la comedia popular**

El director, desaparecido a los 98 años, estuvo casado desde 1957 con Teresa Arcos, una exactriz nacida en Panamá que murió en 2019.

6 películas son muchas películas. El nivel de producción de Mariano Ozores (“solo me gana Jesús Franco”, dijo en una entrevista) fallecido este miércoles a los 98 años, era imparable. Director de comedias que odiaba la crítica y adoraba el público, habría que decir que Lina Morgan, Paco Martínez Soria, Alfredo Landa, Pajares o Esteso siempre deberán mucho a uno de los miembros más reconocidos de la saga Ozores.

Calculaba hace unos años ‘Vanity Fair’, con motivo del Goya de honor que le fue concedido en 2016, que unos 70 millones de espectadores habían visto sus películas. Y que, para acometer producciones con títulos tan rocambolescos y divertidos como ‘Cristobal Colón, de oficio descubridor’ (esta de su última etapa, más asociada al destape y al humor más grueso) rodaba en apenas dos semanas y no hacía demasiadas piruetas con los guiones, de carácter popular y con toneladas de chistes accesibles a todo tipo de públicos.

Ozores era miembro de una saga bien reconocida en nuestro país. Antonio y José Luis Ozores, este fallecido de forma prematura debido a una penosa enfermedad, fueron sus hermanos. Precisamente con la mujer del primero (y madre de su sobrina, la también conocida Emma), Elisa Montés (que nos dejó el año pasado) hizo algunas de sus primeras películas, menos de consumo y de mayor calidad artística como ‘Alegre juventud’ u ‘Hoy como ayer’.

Sin embargo, su núcleo familiar más cercano fue bastante más desconocido. Pocos recordaban que su esposa, que murió en 2019 y estuvo junto a él toda la vida, era una exactriz que, en sus inicios, se hacía llamar Teresita Arcos. Nacida en Panamá en octubre de 1923, su labor como intérprete apenas se reduce a unas cuantas películas de Cifesa, productora emblemática de la posguerra española y adalid del cine histórico y patriótico de cartón piedra. Así, participó en ‘Espronceda’ (1945) o ‘Séptima página’ (1951), dos cintas que brillaron menos que otros títulos de la compañía que nos regaló ‘Locura de amor’ (1948) o ‘Alba de América’ (1951).

Pero, además, Teresa también fue la tercera vedette de Celia Gámez, trabajo que la llevó a conocer, por ejemplo, a Concha Velasco, que bailaba en la misma compañía y convirtió a los Ozores, según sus propias palabras, en una especie de “segunda familia”.

Hija del actor Rafael Arcos Fernández y María Teresa Mandri Jauffret, una conocida bailarina a la que llamaban ‘La Gioconda’, Arcos se casó con Mariano en 1957 y en el mes de noviembre de ese mismo año la pareja alumbró a una hija, la única que tuvieron, a la que también llamaron Teresa. La profesión de esta, sin embargo, fue muy diferente a la de sus padres, ya que, según publiaron algunos medios, optó por dedicarse a la psicología.

Los primeros años del matrimonio no estuvieron exentos de dificultades y coincidieron con los primeros éxitos de Ozores como cineasta. Sin grandes pretensiones, salvo hacer reír a un público ávido de pasárselo bien, Mariano siempre dijo que su formación durante esa época, cuando dejó atrás la televisión y comenzó a hacer cine, fue ser autodidacta, observador y acudir mucho al teatro o a las salas como espectador.

A principios de los 60 incluso llegó a tener productora propia,de nombre tan cañí como La Hispánica, que quebró tras el fracaso de ‘La hora incógnita’, una película que trataba de los peligros nucleares tan de moda en esos años. En ella contó con la presencia de conocidos (y casi familiares) como Emma Penella o sus hermanos Antonio y José Luis.

‘La hora incógnita’ fue, “una ruina que no quiso ver nadie” porque, según sus propias palabras, se creyó “Cecil B.DeMille y escribió su primer guion serio. Pero la audiencia prefería el habitual cachondeo que impregnó la mayor parte de su cine.

En todos esos momentos, los altos y los más bajos,Teresa siempre fue una compañera fiel que le sirvió su apoyo. A raíz del fallecimiento del cineasta, su hija declaraba este miércoles a ‘LOC’ que “para él,mi madre era su todo, su pilar, su norte, su brújula”, lo cual da una idea de cómo han sido para él estos últimos años en los que ella ya no estaba presente.

Junto a algunos de los premiados en los Goya 2016 en los que obtuvo el premio de honor de la Academia. (Gtres)

En 2016, fue su hija la que recibió a algunos periodistas en su chalé de Madrid, cuando Mariano protagonizó los honores que le habían sido negados en su carrera y le fue concedido el Goya de honor. Aunque Teresa hija siempre dijo que su padre era un gran tímido al que incluso le costó trabajo salir al escenario a recoger el premio, estuvo muy pendiente de él en esos meses en los que volvió a ser mediático.

Ese año tocó repasar muchos de sus éxitos o el desdén con el que le había tratado la élite intelectual de nuestro país. A Andrés Arconada, por ejemplo, le contó que “la comedia es difícil porque hay que estar constantemente sorprendiendo al público”.

Al resto de medios no dejó de recordarles que siempre quiso pasárselo bien y, de paso, hacer películas. De hecho, ese era su mantra favorito. No muy lejos de él y del periodista en cuestión que le estuviese entrevistando, también estaba su amada Teresa.