Valeria Márquez, una joven influencer de Jalisco, fue asesinada de manera brutal minutos después de expresar su temor en una transmisión en vivo. En un giro escalofriante, la tiktoker advirtió: “Siento que me van a levantar”, una frase que, en ese momento, resonó como un oscuro presagio. La tragedia ocurrió en su salón de belleza, donde, a pesar de su aparente tranquilidad, la inquietud era palpable.
Su amiga, Vivian, quien insistió en que continuara el live, estaba con ella en el momento del ataque. Un hombre entró al establecimiento simulando ser un repartidor y, tras preguntar por Valeria, le disparó por la espalda antes de huir. No hubo robo ni amenazas a otros presentes; este no fue un crimen al azar, sino una ejecución calculada. Alarmantemente, el ataque se produjo justo después de que Valeria mostrara un cerdito rosa, un regalo que podría haber sido una señal para identificarla.
Las autoridades aún no han proporcionado detalles claros sobre la investigación. La Fiscalía de Jalisco ha sido criticada por su falta de transparencia, y aún se desconocen los mensajes clave entre Valeria y su ex pareja, así como el papel de Vivian en esta tragedia. La joven había dejado advertencias en redes sociales sobre sus temores, y su muerte ha desatado un clamor por justicia y reflexión sobre la violencia de género.
Valeria no solo era una influencer, sino una madre y una soñadora que pidió ayuda y fue ignorada. Su historia no debe ser un mero clic viral, sino una llamada de atención sobre la violencia oculta que puede esconderse detrás de sonrisas y amistades. La comunidad exige respuestas y justicia para Valeria, una víctima cuya vida fue truncada de manera violenta y anticipada.