**Las dos amigas de Valeria Márquez ocultan algo más.**
La noche del 13 de mayo, un trágico suceso marcó un nuevo hito en la violencia que azota a México: Valeria Márquez, una joven empresaria de 23 años, fue brutalmente asesinada en su salón de belleza mientras transmitía en vivo por TikTok. El horror paralizó a su audiencia, que fue testigo del ataque armado que terminó con su vida en un instante. La Fiscalía de Jalisco ya investiga el caso como feminicidio, pero la pregunta persiste: ¿qué más se oculta detrás de este crimen?
Valeria no solo era conocida por su talento, sino también por su carisma y su conexión con seguidores de todo el país. Sin embargo, su vida se apagó ante las cámaras, en un lugar que debería haber sido seguro. La impunidad se cierne sobre este caso, y las autoridades no han logrado identificar a los culpables, lo que alimenta la indignación pública.
Este asesinato no es un hecho aislado; es un reflejo de un patrón de violencia que ha quedado normalizado en México. Más de 10 mujeres son asesinadas cada día, y las cifras de feminicidios impunes superan el 95%. La sociedad está cansada, exige respuestas, busca justicia, pero la reacción del Estado ha sido insuficiente y lenta. Las redes sociales, que alguna vez fueron un refugio para Valeria, ahora revelan la crudeza de la realidad: el dolor se ha convertido en contenido, y la tragedia, en morbo.
Un video de Valeria, en el que advertía sobre posibles amenazas, ha cobrado relevancia tras su muerte. Muchos se preguntan: ¿quién la escuchó? ¿Quién tomó en serio sus palabras? Este caso se convierte en un llamado urgente a la reflexión sobre la seguridad de las mujeres en un entorno donde el miedo y la violencia son moneda corriente.
Hoy, el nombre de Valeria Márquez resuena como un grito de justicia en un país que no puede seguir ignorando la violencia de género. Su historia no debe ser solo otra más en el olvido; debemos actuar, exigir, y buscar un cambio real. ¡No más silencios, no más impunidad!