La revictimización de Valeria Márquez y el peso de una sociedad indiferente


**La revictimización de Valeria Márquez y el peso de una sociedad indiferente**

En un trágico giro de los acontecimientos, Valeria Márquez, una joven influencer y empresaria, fue asesinada en plena transmisión en vivo el pasado 13 de mayo de 2025. La escena, que captó la atención de miles de seguidores, se convirtió en un momento desgarrador cuando un hombre enmascarado irrumpió en su salón de belleza en Guadalajara, México, y le disparó fatalmente. Este acto de violencia ha desatado una ola de indignación y reflexión sobre la cultura de la revictimización que enfrentan las mujeres en la sociedad actual.

Valeria, coronada Miss Rostro 2021, había construido un imperio digital que la llevaba a ser admirada por su belleza y estilo de vida. Sin embargo, tras su muerte, la narrativa ha virado hacia una preocupante culpabilización de la víctima, donde algunos comentarios en redes sociales sugieren que sus elecciones de vida la llevaron a este trágico final. Esta revictimización no solo es un insulto a su memoria, sino que refleja una sociedad que, en lugar de condenar la violencia, busca justificarla.

El impacto de su asesinato se siente en cada rincón de internet, donde comunidades insensibles se han aprovechado de la tragedia para hacer memes y comentarios repugnantes. Mientras Valeria era recordada por su carisma y su pasión, muchos han optado por minimizar su vida a un chiste cruel. Este fenómeno pone de relieve la urgente necesidad de cambiar la narrativa que rodea a las víctimas de violencia, promoviendo una empatía genuina y una responsabilidad colectiva.

La historia de Valeria Márquez es un llamado a la acción y a la reflexión. En un país donde se asesinan a diez mujeres al día, es imperativo que la sociedad no solo exprese su dolor, sino que también actúe. La lucha contra la violencia de género y la revictimización debe ser una prioridad para todos. Valeria no solo fue una víctima; es un símbolo de las muchas mujeres que enfrentan esta cruda realidad.