La controversia en torno a la Misa Tradicional católica ha alcanzado nuevos niveles, mientras la comunidad de fieles católicos se encuentra en medio de una creciente persecución de esta práctica litúrgica. Desde la publicación de “Tradiciones Custodes” por el Papa Francisco en julio de 2021, que busca restringir la celebración de la Misa Tradicional, la división dentro de la Iglesia ha aumentado, a pesar de las intenciones declaradas de promover la unidad.
El video reciente de Teectón destaca la preocupación de numerosos fieles que defienden la Misa que ha sido celebrada por santos como San Juan María Vianney y San Pío de Pietrelcina. A medida que se aproxima la peregrinación a la catedral de Chartres en Francia, donde se espera la participación de 19,000 peregrinos de más de 25 países, la Conferencia Episcopal Francesa ha emitido directrices que complican la celebración de la Misa Tradicional, exigiendo permisos específicos de los obispos locales.
El obispo de la diócesis de Charlotte en Estados Unidos también ha tomado medidas restrictivas, prohibiendo la celebración de la Misa Tradicional en las parroquias a partir de julio de 2025, limitando su práctica a una capilla designada y solo en días específicos. Estas decisiones, aunque no directamente del Papa León XIV, son vistas como un acto que exacerba la tensión entre las diversas corrientes dentro de la Iglesia.
Los defensores de la Misa Tradicional argumentan que su prohibición representa no solo una pérdida de la herencia litúrgica de más de mil años, sino también un ataque a la teología que esta Misa representa. A medida que la comunidad católica se enfrenta a esta crisis, muchos hacen un llamado al Papa León XIV para que revoque “Tradiciones Custodes” y devuelva a los fieles la Misa de siempre, en un intento por restaurar la unidad y la paz dentro de la Iglesia.
La situación se torna crítica, y con cada día que pasa, el clamor por la restauración de la Misa Tradicional se hace más urgente. La comunidad espera que el Papa actúe con decisión para abordar esta creciente división y permitir la celebración de la Misa que ha acompañado a generaciones de católicos a lo largo de la historia.