Irán ha alcanzado un nivel alarmante de uranio enriquecido, suficiente para potencialmente desarrollar armas nucleares, según un informe confidencial del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Este incremento, que se ha acelerado en los últimos meses, ha encendido las alarmas en la comunidad internacional, especialmente a medida que las tensiones entre Teherán y Washington continúan escalando.
El OIEA ha documentado un aumento claro en la producción de uranio enriquecido al 60%, un nivel peligrosamente cercano al 90% necesario para la fabricación de armamento nuclear. Los últimos datos indican que Irán posee ahora 408,6 kg de uranio enriquecido, lo que representa un aumento de más de 133 kg en solo tres meses. Este volumen supera en 45 veces el límite acordado en el pacto nuclear de 2015, que fue desmantelado tras la salida de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.
La respuesta de Irán ha sido defensiva. El Ministerio de Relaciones Exteriores acusó al OIEA de politizar su informe y de basarse en información engañosa, supuestamente proporcionada por Israel. A pesar de estas afirmaciones, la situación se complica a medida que Teherán y Washington intentan negociar un nuevo acuerdo tras cinco ciclos de conversaciones.
La inestabilidad en la región es palpable. Los líderes mundiales observan con creciente preocupación mientras se aproximan las reuniones de la junta de gobernadores del OIEA en Viena. Con cada día que pasa, la posibilidad de un conflicto se vuelve más tangible, y el reloj corre contra el tiempo para encontrar una solución pacífica a una crisis que podría redefinir el equilibrio de poder en el Medio Oriente.