**Trump Intensifies Assault on Sanctuary States: Essential Services for Undocumented Migrants at Risk!**


**Trump busca limitar servicios a indocumentados en estados santuario**

En un nuevo giro de su ofensiva contra la inmigración, la administración de Donald Trump ha intensificado su ataque a los estados santuario, buscando recortes significativos en los fondos federales que sostienen programas vitales para los migrantes indocumentados. Esta medida amenaza con dejar a miles sin acceso a servicios esenciales, mientras el gobierno federal lanza advertencias de acciones legales y sanciones.

Los estados como Illinois, California y Minnesota, que históricamente han ofrecido protección y beneficios a los migrantes, ahora se ven presionados a recortar sus servicios. En Illinois, por ejemplo, el gobernador J.B. Pritzker ha presentado un presupuesto que elimina la asistencia sanitaria para adultos indocumentados entre 42 y 65 años, afectando a casi 33,000 personas. Este recorte de 400 millones de dólares refleja las tensiones entre las políticas estatales y las amenazas federales.

En California, el gobernador Gavin Newsom ha solicitado congelar las inscripciones en el programa de salud para indocumentados, obligando a los 1.6 millones de beneficiarios a pagar una cuota mensual de 100 dólares. Mientras tanto, en Minnesota, el presupuesto también incluye la eliminación de la asistencia sanitaria, dejando a los migrantes en una situación precaria.

La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Christine Noem, ha calificado a los líderes de los estados santuario como responsables de poner en riesgo la seguridad pública, al proteger a lo que ella describe como “inmigrantes ilegales criminales violentos”. El gobierno federal ha publicado una lista de 48 de los 58 condados de California que considera santuarios, lo que intensifica la presión sobre estos gobiernos locales.

Este clima de hostilidad ha llevado a algunos funcionarios a reorientar sus posturas, como la alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, quien ha retirado la denominación de santuario de su ciudad. A medida que se intensifican los recortes y la presión federal, el futuro de los servicios para los indocumentados en estos estados se torna cada vez más incierto, dejando a miles en una encrucijada desesperante.