Alejandra Darín falleció hace 15 días, y ahora su hijo Fausto Bengoechea ha decidido romper el silencio.


La muerte de Alejandra Darín, una de las figuras más emblemáticas del arte argentino, ha dejado una estela de dolor y reflexión en el mundo del espectáculo. A sus 62 años, la actriz perdió una larga batalla contra una enfermedad que, aunque mantuvo en privado, se convirtió en un tema de conversación ineludible tras su fallecimiento. Su hijo, Fausto Bengoechea, rompió el silencio en un conmovedor video, ofreciendo una mirada íntima sobre su madre, quien fue no solo una madre para él, sino un pilar cultural en el país.

La conmoción en la comunidad artística es palpable. La Asociación Argentina de Actores, que Alejandra lideró con fervor, emitió un comunicado que expresa el profundo dolor por su partida, destacando su dedicación de más de 50 años al cine, la televisión y el teatro. “Despedimos a nuestra querida compañera”, se lee en el mensaje, que resalta su lucha incansable por los derechos de los trabajadores de la cultura.

Sin embargo, el dolor de la familia trasciende los comunicados formales. Fausto compartió su angustia por la forma en que algunos medios anunciaron la muerte de su madre, describiendo la reacción como una mezcla de tristeza y desilusión. “La familia está completamente desconsolada”, afirmó, refiriéndose a la dificultad de procesar la pérdida de Alejandra en medio de la atención pública.

El velorio de Alejandra fue un momento de emociones crudas. Amigos, familiares y colegas se reunieron en un ambiente cargado de silencios y miradas profundas, cada uno enfrentando su duelo. Los abrazos largos y las manos entrelazadas reflejaban un amor y respeto que trascendía su carrera. La presencia de figuras del mundo artístico reforzaba la magnitud de su legado. La partida de Alejandra no solo deja un vacío en el escenario; nos recuerda la lucha constante por la dignidad y los derechos en la cultura, un legado que perdurará en cada rincón del gremio artístico.