Lewis Hamilton ha desenterrado un problema monumental en el Ferrari SF-25 que podría cambiar radicalmente la temporada 2025 del equipo. Este hallazgo no ocurrió en la pista, sino en la calma posterior al Gran Premio de Miami, donde, mientras otros se distraían, Hamilton se sumergió en un mar de datos y simulaciones en Maranello. Su dedicación reveló un fallo crítico en la forma en que el coche maneja su suela, un problema que afecta su estabilidad y rendimiento en condiciones reales de carrera.
El SF-25 se mostró errático en Miami, con una falta de agarre y un comportamiento incontrolable que frustró al propio Hamilton. A pesar de los intentos de Ferrari por minimizar la situación, su instinto competitivo le decía que había más en juego. Regresó a Maranello, decidido a descubrir la verdad detrás de la inestabilidad del coche. Después de horas de análisis, identificó un patrón: la suela del Ferrari no funcionaba adecuadamente bajo ciertas condiciones, lo que provocaba pérdidas de agarre y desgaste excesivo de los neumáticos.
Lo alarmante es que Ferrari ya había tenido indicios de este problema, pero optó por esperar más datos antes de actuar. Esta tardanza enfureció a Hamilton, quien, acostumbrado a la inmediatez y la agresividad en los equipos ganadores, no podía concebir la idea de esperar. La tensión entre su urgencia y la cautela de Ferrari creció, planteando dudas sobre la dirección del equipo.
Con la actualización de la suela en camino a Imola, la pregunta persiste: ¿será suficiente para rescatar la temporada de Ferrari? Si las mejoras funcionan, Hamilton podría recuperar la confianza y pelear en la parte delantera. Sin embargo, si no lo hacen, confirmará sus peores temores sobre la falta de progreso del equipo y podría afectar su motivación para el resto de la temporada. La próxima carrera no solo será un test para Ferrari, sino también un momento decisivo para el futuro de Hamilton en el equipo. La presión está en su punto más alto y el tiempo se agota.