El misterio que rodea la muerte de Víctor Iturbe, conocido popularmente como El Pirulí, ha permanecido sin resolver durante 37 años. Ahora, en un giro asombroso, su familia ha decidido romper el silencio, revelando detalles que podrían cambiar la narrativa de su trágico final. La vida de El Pirulí, un ícono del bolero mexicano, estuvo marcada por la pasión y la tragedia. Desde su ascenso en los años 60 en Puerto Vallarta hasta convertirse en una estrella en la Ciudad de México, sus éxitos musicales contrastaban con las sombras que acechaban su vida personal.
El 3 de diciembre de 1983, El Pirulí fue asesinado a tiros frente a su hogar en Atizapán de Zaragoza, un acto violento que dejó a su familia devastada y a las autoridades perplejas. Inicialmente, se habló de un robo, pero pronto surgieron rumores de venganza personal, posiblemente vinculados a sus relaciones tumultuosas y su afición al juego. La escena del crimen reveló inconsistencias inquietantes: el cojín donde cayó tras el ataque fue limpiado antes de que los peritos llegaran, lo que levantó sospechas sobre la familia.
A medida que la investigación avanzaba, las teorías se multiplicaban. ¿Fue un ajuste de cuentas debido a sus conexiones en el mundo del espectáculo? ¿O un crimen pasional relacionado con sus romances? La falta de testimonios y la negativa de su familia a colaborar llevaron al cierre del caso, dejando un vacío de justicia que persiste hasta hoy.
Ahora, tras décadas de silencio, la familia de El Pirulí ha decidido hablar. Sus revelaciones podrían arrojar luz sobre un caso que ha intrigado a generaciones. La historia de un cantante que conquistó corazones, pero que también provocó celos y enemistades, sigue viva, y su familia busca que la verdad finalmente emerja del laberinto de misterio que ha rodeado su muerte. La espera por justicia podría estar a punto de terminar.