A sus 35 años, Gerardo Ortiz CONFIESA todo: lo que durante años se negó a aceptar.


En una impactante revelación que ha sacudido al mundo de la música regional mexicana, Gerardo Ortiz, a sus 35 años, ha confesado su vinculación con el narcotráfico, admitiendo que sus conciertos estaban financiados por un cártel. Durante años, el popular cantante había ignorado los rumores y las sospechas que lo rodeaban, pero hoy, la verdad ha salido a la luz y podría costarle su libertad.

Ortiz, conocido por sus provocadoras letras que a menudo bordeaban la realidad del crimen organizado, ha estado en la mira de las autoridades desde que su carrera despegó en 2010. Nacido en California y criado en Sinaloa, su ascenso meteórico a la fama fue acompañado por una serie de controversias y ataques violentos, incluyendo un atentado en 2011 que dejó a dos de sus acompañantes muertos.

La situación escaló cuando, en 2025, Ortiz se declaró culpable ante una corte federal en Los Ángeles por haber trabajado en eventos organizados por un promotor vinculado al cártel de Jalisco Nueva Generación. A pesar de las advertencias del FBI, el cantante realizó al menos 19 presentaciones con este promotor entre 2018 y 2019, ignorando las señales de peligro. Su testimonio en marzo de 2025, donde admitió haber participado en al menos seis eventos, lo ha convertido en un testigo clave, exponiéndose a una condena de hasta diez años en prisión.

La confesión de Ortiz no solo ha devastado su imagen pública, sino que también ha expuesto la complejidad de su carrera, que se ha construido sobre una mezcla de talento y decisiones arriesgadas. Mientras la industria musical observa en silencio, la pregunta persiste: ¿cómo pudo un artista de su calibre caer en la trampa del crimen organizado? El legado de Gerardo Ortiz ahora se encuentra al borde de un abismo, y su historia se convierte en una advertencia cultural sobre los riesgos que acechan a aquellos que eligen cruzar fronteras peligrosas en el camino hacia el éxito.