Alberto Vázquez, la icónica voz del rock and roll mexicano, ha fallecido a los 85 años, dejando un vacío irreparable en el corazón de sus admiradores. Nacido el 20 de abril de 1940 en Guaymas, Sonora, su vida estuvo marcada por un éxito deslumbrante en la música y el cine, pero también por profundas pérdidas y luchas personales.
La mayor tristeza en su vida llegó en 2004, cuando su primera esposa, Rocío, falleció tras 41 años de matrimonio. Para Vázquez, Rocío era más que una compañera; era su pilar, su alma gemela. En una conmovedora entrevista, compartió que su muerte dejó un vacío que nunca podría ser llenado, a pesar de la alegría que le brindaban sus tres hijas.
A lo largo de su carrera, Vázquez encantó al público con su voz profunda y su carisma en el escenario, acumulando éxitos memorables como “Maracas” y “Significa todo para mí”. Sin embargo, la vida no fue fácil. Enfrentó problemas de salud severos, incluyendo enfermedad pulmonar obstructiva crónica y parálisis facial, que lo llevaron a retirarse de los escenarios en 2022. A pesar de su deterioro físico, su pasión por la música nunca se apagó, y en 2022, grabó “Sonreír”, un emotivo homenaje a su legado familiar.
La compleja relación con su hijo, Arturo, también pesó en su corazón. Aunque ambos se esforzaron por reconstruir su vínculo, las especulaciones mediáticas sobre su distanciamiento nunca cesaron. Sin embargo, la música siempre fue su refugio y su forma de conectar con el mundo.
El legado de Alberto Vázquez no solo se encuentra en sus discos y películas, sino en la forma en que tocó las vidas de quienes lo escucharon. Su viaje fue uno de triunfos y pérdidas, de amor y dolor, y su partida deja una huella imborrable en la historia de la música mexicana. Su voz resonará por siempre en el corazón de su público, recordándonos la belleza y la fragilidad de la vida.