Dilio, el Perro del Papa Francisco, Desata una Ola de Emoción en Roma: El Cardenal Tagle se Rinde ante su Lealtad
En un conmovedor acto de amor y devoción, el cardenal Luis Antonio Tagle fue visto llorando al encontrarse con Dilio, el fiel perro del Papa Francisco, quien ha permanecido junto a su tumba desde su fallecimiento el 21 de abril de 2025. La escena tuvo lugar en la iglesia de Santa María Majori, donde el eco del luto todavía resuena entre los fieles.
Durante su visita, Tagle se detuvo en seco al ver al perro acurrucado junto a la losa de mármol que lleva la inscripción “Franciscus”. Dilio, con su pelaje dorado y su mirada cansada, ha sido el símbolo de lealtad ante la ausencia de su dueño. Al acercarse, Tagle no pudo contener las lágrimas, reconociendo en los ojos de Dilio el espíritu del Papa, el mismo que había compartido momentos íntimos y oraciones en los jardines del Vaticano.
La conexión entre el cardenal y el perro fue intensa, marcando un momento que resonó más allá de las paredes de la iglesia. La noticia de su encuentro se esparció rápidamente, atrayendo a peregrinos de todas partes, quienes se arrodillaron y murmuraron oraciones, reconociendo a Dilio no solo como un perro, sino como el “último amigo” del Papa, un símbolo del amor que perdura más allá de la muerte.
Sin embargo, la situación se tornó tensa cuando el monseñor Gregorio y otros sacerdotes intentaron llevarse a Dilio, argumentando que no era apropiado que un perro permaneciera junto a la tumba. Tagle, con una determinación inquebrantable, se opuso rotundamente, afirmando que Dilio representa el amor y la lealtad que la Iglesia no debe olvidar. “Si la iglesia no tiene lugar para él, entonces yo tampoco lo tengo aquí”, declaró Tagle, poniendo en evidencia la lucha entre la tradición y la humanidad.
La inquebrantable presencia de Dilio ha tocado los corazones de muchos, convirtiéndose en un recordatorio del amor verdadero, uno que no se apaga con la muerte. A medida que más peregrinos se reúnen en torno a la tumba, la historia de Dilio y su vínculo con Francisco continúa inspirando a todos, recordándonos que la lealtad y el amor perduran, incluso en los momentos más oscuros. La lucha por Dilio no solo se trata de un perro, sino de un mensaje de amor eterno que resuena en cada rincón del mundo.