Una tragedia desgarradora ha golpeado a Gaza, donde Alaa al-Najjar, una pediatra de 38 años, ha perdido a nueve de sus diez hijos en un ataque aéreo israelí. El fatídico suceso ocurrió el 23 de mayo, cuando un misil impactó su hogar en Canunis, dejando a su esposo y a su único hijo sobreviviente de 11 años en estado crítico. La devastación es indescriptible: el hogar que Alaa dejó para atender a otros niños heridos se convirtió en un infierno, con los cuerpos carbonizados de sus pequeños bajo los escombros.
Alaa, conocida por su dedicación y vocación, se encontraba en el Hospital Nacer cuando recibió la noticia de la tragedia. Sin dudarlo, corrió hacia su casa, encontrando un paisaje de destrucción y dolor. Este ataque no solo ha arrasado con su familia, sino que también ha dejado una marca imborrable en la comunidad, que clama por piedad ante la brutalidad de la guerra.
Las fuerzas israelíes, que afirmaron haber atacado a sospechosos en la zona, están bajo el escrutinio internacional por la pérdida de vidas civiles. El Ministerio de Salud Palestino ha expresado su profunda tristeza por la pérdida de Alaa, recordándola como una mujer fuerte que, mientras cura las heridas de otros, enfrenta su propio sufrimiento en silencio.
Las palabras de Alaa resuenan en medio del caos: “Basta, ten piedad de nosotros”. La comunidad está agotada por el desplazamiento, el hambre y la violencia constante. La guerra ha llevado a la población palestina a una crisis humanitaria sin precedentes, con organizaciones de ayuda alertando sobre un aumento alarmante de la desnutrición.
Este trágico episodio es un recordatorio brutal de la devastación que la guerra inflige en las familias, y la historia de Alaa al-Najjar se convierte en un símbolo del sufrimiento de un pueblo que clama por paz y justicia en medio de la barbarie.