McLaren ha desatado una tormenta en el mundo de la Fórmula 1 con su revolucionario sistema de frenos, y Red Bull no puede contener su furia. En 2025, el equipo de Woking ha demostrado un dominio sorprendente en la gestión de neumáticos, lo que ha llevado a la competencia a cuestionar la legalidad de su tecnología. Christian Horner, director de Red Bull, ha insinuado que el MCL39 podría estar utilizando agua en sus neumáticos, una acusación que Pirelli ha desmentido rotundamente. Sin embargo, las cámaras térmicas de Red Bull han revelado puntos fríos que sugieren que McLaren está haciendo algo poco convencional con sus frenos.
La clave podría estar en los materiales de cambio de fase (PCM), que son capaces de absorber y liberar calor de manera eficiente. Estos materiales, que se utilizan en diversas industrias, podrían estar ubicados en la cubierta del tambor de freno del MCL39, evitando que el calor extremo afecte a los neumáticos. A medida que las temperaturas de los frenos alcanzan los 1,000°C, los PCM podrían ser la solución que permite a McLaren mantener un rendimiento óptimo durante toda la carrera.
Los pilotos de McLaren, como Lando Norris, han expresado su creciente confianza en el rendimiento del coche, lo que contrasta con los problemas de otros equipos que luchan con el desgaste de sus neumáticos. La teoría de que McLaren ha incorporado los PCM en su diseño no es nueva; proviene de una tesis doctoral de un ingeniero que trabajó con el equipo hace ocho años. Si se demuestra que esta innovación es legal, podría cambiar las reglas del juego en la Fórmula 1.
No obstante, la FIA se enfrenta a un desafío monumental: determinar si esta tecnología es una innovación brillante o una violación de las regulaciones. La presión aumenta, y la posibilidad de que McLaren sea objeto de una investigación oficial está en el aire. En un deporte donde cada detalle cuenta, la lucha por la supremacía en la pista se intensifica, y el futuro de la Fórmula 1 podría estar en juego.