Los recientes ataques aéreos israelíes contra Irán han dejado al menos 224 muertos, según informan autoridades iraníes. La situación en la región se ha intensificado, con bombardeos continuos en ambas direcciones que han generado una creciente preocupación internacional. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha visitado áreas devastadas por los ataques, afirmando que la amenaza nuclear iraní es inaceptable y que su país no puede permitir que Irán desarrolle capacidades bélicas nucleares.
Netanyahu argumenta que, de haber tenido acceso a armas nucleares, Irán habría representado una amenaza existencial que podría haber llevado a un holocausto nuclear. Según informes de inteligencia israelíes, se estima que Irán podría alcanzar un arsenal de 20,000 misiles balísticos en los próximos seis años, lo que, según Netanyahu, representa un peligro inminente para la comunidad internacional.
En respuesta a los ataques, las autoridades iraníes han instado a la población israelí a alejarse de las zonas militares, mientras que en Irán, muchos ciudadanos buscan refugio en áreas rurales o en estaciones de metro para protegerse de los bombardeos. A pesar de las afirmaciones de Israel sobre la destrucción de instalaciones militares y de investigación nuclear en Irán, las autoridades iraníes han desmentido tales alegaciones.
La escalada de violencia ha llevado a Donald Trump a intentar mediar en la crisis, buscando soluciones para detener el conflicto. Sin embargo, las tensiones continúan en aumento, con Israel afirmando que el 80% de la población iraní se opone al régimen del Ayatolá Ali Jamenei, lo que podría abrir la puerta a un cambio de régimen en el futuro.
Con la situación aún en desarrollo, el mundo observa con atención el desenlace de este conflicto que amenaza con desestabilizar aún más la región.