Ferrari ha desatado una tormenta interna que podría redefinir su futuro en la Fórmula 1, y lo ha hecho de una manera que pocos anticipaban. Mientras los aficionados se centraban en los tiempos de vuelta y las actualizaciones, una crisis de confianza se gestaba en la Scuderia. Fred Vasseur, el hombre que debía liderar el resurgimiento del equipo, ha sido silenciosamente despojado de sus responsabilidades clave en un movimiento que grita desesperación.
A tan solo diez carreras del inicio de la temporada 2025, Ferrari aún no ha logrado ganar un Gran Premio. El SF25, un coche que Vasseur respaldó desde su concepción, ha resultado ser inconsistente, dejando a los pilotos, Charles Leclerc y Lewis Hamilton, frustrados. La situación ha llevado a la dirección de Ferrari a actuar rápidamente, implementando una reestructuración que ha dejado a Vasseur en una posición de figura decorativa.
Antelo Kleta, el arquitecto detrás del exitoso equipo de resistencia de Ferrari, ha asumido un papel más prominente, tomando el control de las operaciones de F1 sin un anuncio oficial. Este cambio de poder, aunque no declarado, es palpable: las decisiones sobre la estrategia de carrera y el desarrollo ahora se toman sin la influencia de Vasseur.
La presión interna ha crecido, y los directivos de Ferrari han comenzado a cuestionar la dirección del equipo. La falta de resultados ha hecho que la moral en el garaje se desplome, y los pilotos han comenzado a mostrar signos de desconfianza. Las críticas de Hamilton y Leclerc son claras; el liderazgo de Vasseur ha sido puesto en tela de juicio, y la cohesión del equipo está en juego.
Ferrari no puede permitirse esperar a que termine la temporada. La urgencia de cambiar el rumbo es palpable, y el futuro del equipo pende de un hilo. Con la presión de los accionistas y la feroz crítica de los medios italianos, Ferrari ha entrado en una fase crítica. La pregunta ahora es: ¿podrá Kleta restaurar la confianza y la unidad antes de que la situación se vuelva irreversible? Las próximas carreras serán cruciales, no solo para el presente de Ferrari, sino para su alma misma.