Jefes de bandas de Medellín le informaron a Petro que el proceso de paz con ellos no avanza


**Título: El Escalofriante Regreso de los Jefes Criminales a la Plaza: ¿Un Proceso de Paz en Crisis?**

En un giro impactante que ha sacudido a Medellín, los jefes de las bandas criminales de la ciudad, que alguna vez sembraron el terror en sus calles, han vuelto a la escena pública, generando una ola de controversia tras su encuentro con el presidente Gustavo Petro en la plaza de la Alpujarra. A pesar de que estos líderes del crimen fueron recibidos con un discurso de paz, su mensaje fue claro: el proceso de diálogo está estancado y carece del respaldo necesario por parte del Estado.

Los criminales, que regresaron a sus centros de reclusión tras el evento, expusieron las dificultades que enfrentan en el camino hacia la paz urbana. Walter Alonso Román, cabecilla de La Unión, y Carlos Pesebre, uno de los principales jefes del crimen organizado en Medellín, fueron solo algunos de los rostros que regresaron a la plaza, desafiando la percepción pública y reavivando el debate sobre la legitimidad de estos diálogos.

La llegada de los voceros de las estructuras armadas, custodiados por guardias del IMPEC, ha desatado un torrente de críticas en redes sociales. Videos del evento muestran a estos criminales interactuando en un ambiente que muchos consideran inaceptable, mientras que la senadora Isabel Zuleta y el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, observan desde la distancia.

Los líderes del crimen han señalado la falta de reciprocidad en el proceso, clamando por un compromiso real que les permita dejar atrás sus carreras delictivas a cambio de beneficios jurídicos. “Ha faltado capacidad del Estado en acompañar esas transformaciones”, afirmaron, dejando claro que su futuro depende de un cambio tangible en la política de seguridad.

La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿puede realmente el gobierno de Petro lograr una paz duradera en una ciudad marcada por la violencia y el miedo? Con el proceso de paz en crisis, la respuesta a esta inquietante interrogante se vuelve cada vez más urgente.