Una tragedia impactante ha sacudido a Brasil y el mundo: Juliana Marins, una brasileña que cayó de un volcán en Indonesia, ha sido confirmada muerta tras una autopsia que revela la causa de su fallecimiento. El informe médico indica que la joven sufrió un traumatismo severo, resultando en daños internos y hemorragia extensa. Según los especialistas, la muerte ocurrió de manera rápida, en un lapso de apenas 20 minutos tras la caída.
La autopsia, realizada en un hospital en Bali, descartó la hipótesis de hipotermia, que había sido considerada por algunos debido a las bajas temperaturas de la región. Los médicos afirmaron que no había signos de lesiones típicas de hipotermia, mientras que el examen reveló múltiples fracturas y lesiones críticas, especialmente en la parte posterior del tronco.
El caso ha generado confusión, ya que familiares de Juliana sostienen que fue vista con vida horas después de la caída. Sin embargo, el médico forense se mantiene firme en su evaluación: el impacto fue devastador y su muerte fue casi instantánea. La familia, devastada por la pérdida, ahora enfrenta el dolor de la espera para repatriar su cuerpo.
En respuesta a esta tragedia, el presidente Lula ha modificado un decreto para permitir que el gobierno asuma los costos del traslado del cuerpo de Juliana a Brasil, facilitando así el proceso en medio de este sufrimiento. El cuerpo de Juliana permanece en Indonesia mientras se aguarda la conclusión de exámenes toxicológicos, un procedimiento estándar que no parece indicar la necesidad de investigación adicional.
La comunidad está en shock, mientras se envían condolencias a la familia de Juliana. La urgencia de repatriar su cuerpo se convierte en una prioridad, en medio de un duelo que resuena en todo el país.