La nieta de Elvis, Riley Keough, revela secretos del segundo piso de Graceland.


Riley Keough levanta el velo sobre los secretos del misterio en Graceland

La nieta de Elvis Presley, Riley Keough, ha decidido romper el silencio que ha rodeado el segundo piso de Graceland durante más de cuatro décadas, y lo que ha revelado es impactante. En un giro sorprendente, Keough, quien ahora es la propietaria oficial de la icónica mansión, ha compartido detalles íntimos y secretos familiares que han permanecido ocultos detrás de puertas cerradas desde el trágico fallecimiento del Rey del Rock and Roll en 1977.

Por primera vez, el mundo se asoma a las habitaciones selladas de Graceland, donde se encuentran cartas no enviadas, grabaciones secretas y un espacio que parece detenido en el tiempo. Keough, quien creció rodeada de la historia de su abuelo, ha prometido honrar el legado de Elvis al abrir una ventana a su vida personal, aunque el acceso físico a estos espacios seguirá restringido. “El piso de arriba es un santuario para la familia Presley”, afirma Riley, quien describe las habitaciones como un refugio sagrado donde Elvis se retiraba del caos de la fama.

Desde su compra en 1957 por la modesta suma de $2,500, Graceland se ha transformado en un emblema de la cultura pop, atrayendo a más de 20 millones de visitantes. Sin embargo, el segundo piso ha permanecido como un enigma. Riley revela que este lugar no es solo una colección de recuerdos, sino un espacio cargado de emociones y verdades que han sido cuidadosamente preservadas. “Es como si él nunca se hubiera ido”, dice, aludiendo a la ropa, libros y otros objetos que aún permanecen en el mismo lugar donde los dejó.

Entre los secretos que Keough ha decidido compartir, destaca su descubrimiento de una habitación tranquila, un espacio de meditación donde Elvis buscaba paz en medio de su tormentosa vida. Este rincón íntimo, diseñado para la reflexión, nunca había sido mencionado antes y representa una faceta del artista que muchos desconocían. Además, Riley ha encontrado cartas dirigidas a su madre, Lisa Marie, y reflexiones que revelan el estado mental de su abuelo en sus últimos días.

A pesar de las revelaciones, la familia Presley ha mantenido una postura protectora sobre el segundo piso, cerrando las puertas a los curiosos. Keough explica que esto no es por un deseo de ocultar, sino por la necesidad de preservar la memoria de Elvis en su forma más pura. “Algunas cosas están destinadas a permanecer personales”, aclara. Sin embargo, su decisión de hablar ahora responde a un sentido de responsabilidad y conexión con los fans que han mantenido viva la leyenda de su abuelo.

Mientras los rumores sobre un posible túnel secreto debajo de Graceland persisten, Riley elude la especulación, enfocándose en el legado emocional que su familia ha protegido. A medida que se revelan estos secretos, la fascinación por Elvis Presley solo se intensifica, recordándonos que detrás de la figura del ícono, hay una historia profundamente humana que merece ser escuchada. Con cada detalle que comparte, Riley Keough no solo honra la memoria de su abuelo, sino que también invita al mundo a comprender la complejidad de un hombre que, a pesar de su estrellato, luchó por encontrar su lugar en un mundo que nunca dejó de mirarlo.

Graceland, más que un destino turístico, se convierte así en un símbolo de la eterna conexión entre Elvis y sus admiradores, un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan, y donde cada secreto revelado es un paso más hacia la comprensión de un legado que, a pesar del tiempo, sigue vivo en el corazón de millones.