Un político ucraniano desterrado, Andrei Portnov, fue asesinado a tiros en Madrid mientras llevaba a su hija a la escuela estadounidense en el exclusivo barrio de Puerta de Hierro. Según informes policiales, Portnov fue atacado por un grupo de individuos que le dispararon en la espalda y en la cabeza justo cuando se preparaba para entrar en su vehículo, en un acto que testigos describen como un “asesinato profesional”.
Este incidente, ocurrido alrededor de las 9:15 a.m., ha conmocionado a la comunidad local y ha desatado una intensa investigación por parte de las autoridades. La policía ha confirmado que el cuerpo de Portnov permanecía en la escena casi dos horas después del ataque, esperando la autorización de un juez para ser retirado. Las primeras informaciones indican que los atacantes esperaron pacientemente a que el político dejara a su hija en la escuela antes de ejecutar su plan.
Portnov, exalto funcionario del gobierno del expresidente pro-ruso Víctor Yanukóvich, había sido expulsado de Ucrania en 2014 y vivía bajo sanciones impuestas por la Unión Europea hasta 2015. Involucrado en la implementación de leyes dictatoriales y en la campaña electoral de Yanukóvich, su vida ha estado marcada por la controversia y el exilio.
La policía nacional de Madrid ha iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los detalles de este crimen brutal. Hasta el momento, no se han realizado detenciones, y las autoridades están analizando todas las pistas disponibles. La comunidad internacional observa de cerca, inquieta por las implicaciones de este asesinato en un contexto de tensiones geopolíticas y la historia reciente de Ucrania. La pregunta que queda es: ¿quién está detrás de este atentado y qué consecuencias tendrá? La urgencia por obtener respuestas es palpable.