Miriam Cruz, la icónica voz de las chicas del K, ha revelado un secreto que ha permanecido oculto durante más de tres décadas: su romance con el legendario productor Wilfrido Vargas. En una confesión impactante, la cantante de 56 años rompe el silencio y comparte los detalles de una relación que, aunque nunca fue oficialmente reconocida, ha marcado su vida y carrera.
Durante una entrevista exclusiva, Miriam relata cómo, a los 17 años, entró a la orquesta de Vargas, quien la eligió como la voz principal. “Él me hizo cantar en varios tonos y luego me dijo: ‘Tú vas a ser la voz de esta orquesta'”, recuerda. Pero detrás de esa puerta dorada de la fama, el corazón de Miriam latía por un amor que no podía ser expuesto. La tensión entre ellos era palpable, y su conexión iba más allá de lo profesional. A pesar de la admiración mutua, los celos y rumores comenzaron a surgir en un entorno donde la imagen lo era todo.
Mientras Miriam brillaba en el escenario, lidiaba con el peso de la tragedia personal tras la muerte de su padre y la presión de mantener a su familia. En medio de giras interminables, encontró consuelo en la música y en la figura protectora de Wilfrido. Sin embargo, su deseo de independencia la llevó a renunciar a la orquesta en 1992, un acto que muchos consideraron arriesgado, pero que marcó el inicio de una nueva era para ella.
Miriam, ahora empoderada y libre, se convirtió en una leyenda del merengue, pero nunca olvidó el profundo impacto que tuvo su relación con Wilfrido en su vida. “Él decía que mi voz era su musa”, explica, mientras el eco de su confesión resuena con la fuerza de sus canciones. La artista afirma que su historia es un recordatorio de que detrás de cada éxito hay luchas personales y secretos que pueden cambiar el rumbo de una vida. La revelación no solo sacude el mundo del merengue, sino que también invita a reflexionar sobre el amor y el sacrificio en el escenario de la vida.