La desaparición y hallazgo trágico de cinco integrantes del Grupo Fugitivo ha desatado una ola de indignación en México, trascendiendo las fronteras del país. Esta agrupación musical, originaria de Reynosa, Tamaulipas, se dedicaba a interpretar baladas románticas y música norteña. Los músicos, de entre 20 y 40 años, se preparaban para una presentación privada la noche del 25 de mayo, cuando desaparecieron sin dejar rastro.
Según la Fiscalía del Estado, alrededor de las 10 de la noche, los cuatro músicos y su representante abordaron una camioneta negra, mientras que Carlos González, el vocalista principal, no pudo unirse a ellos. Al llegar al punto de encuentro, se encontró con un lugar vacío, lo que generó la preocupación de las familias. La mañana del 26 de mayo, al no tener noticias, los seres queridos comenzaron una búsqueda desesperada. Grupos como Amor por los Desaparecidos se movilizaron en redes sociales para difundir fichas de búsqueda.
El martes 27, las autoridades localizaron la camioneta abandonada en la colonia La Cañada y, a partir del análisis de videovigilancia y rastreo telefónico, se estableció una ruta que llevó a los investigadores a un terreno en la colonia Aquile Cerdán. Allí, las fuerzas estatales y federales confirmaron el hallazgo de cinco cuerpos cuyas características coincidían con las de los desaparecidos. Sin embargo, la Fiscalía no había realizado pruebas genéticas para confirmar las identidades antes de anunciar el descubrimiento, lo que provocó la indignación de las familias.
Las investigaciones apuntan a una célula del Cártel del Golfo como posible responsable del crimen, una facción criminal conocida por su participación en actos violentos en la región. Mientras el lugar del hallazgo sigue bajo resguardo y en proceso de investigación, el clamor por justicia y respuestas continúa resonando entre la comunidad artística y la sociedad mexicana.