Valeria Márquez, una influyente joven de 23 años en el mundo de la belleza y el emprendimiento, fue asesinada trágicamente durante una transmisión en vivo en TikTok, un hecho que ha conmocionado a México y ha abierto un debate sobre la violencia de género en el país. Este devastador suceso ocurrió a principios de esta semana en Guadalajara, donde amigos y familiares se reunieron para darle el último adiós en una emotiva ceremonia en la Parroquia San Bernardo.
El ambiente en el funeral era de profunda tristeza, marcado por la presencia de un retrato de Valeria rodeado de flores blancas y tributos llenos de lágrimas. La misa, que incluyó la bendición del sacerdote sobre su ataúd, fue acompañada por el suave aplauso de los asistentes, quienes ofrecieron un último homenaje a su vida. Fuera de la iglesia, una fuerte presencia policial resaltaba la gravedad de la tragedia.
Las autoridades están investigando el asesinato de Valeria como un posible femicidio, un término que se refiere a la violencia de género que enfrenta diariamente muchas mujeres en México. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó el jueves que los investigadores están trabajando activamente en el caso, mientras grupos civiles y defensores de los derechos de las mujeres renuevan sus llamados urgentes por protección y justicia.
La muerte de Valeria no es solo una pérdida personal; es un recordatorio nacional de los peligros que enfrentan las mujeres en su vida cotidiana, incluso en espacios destinados a empoderarlas. Su presencia vibrante, que una vez inspiró a muchos, fue silenciada en un instante, pero su memoria ahora impulsa una conversación más amplia sobre la seguridad, la justicia y la necesidad de un cambio en la sociedad. A medida que la nación llora por Valeria Márquez, su voz perdura en aquellos que exigen que esto nunca vuelva a suceder.