**La Verdad no Contada de Maricruz Olivier, y sus amores**
María de la Cruz Olivier, conocida como Maricruz Olivier, se convirtió en un ícono del cine mexicano, desafiando las convenciones de su tiempo al interpretar papeles que exploraban el amor entre mujeres en una sociedad conservadora. A lo largo de su carrera, que comenzó en los años 50, se alzó como una de las actrices más destacadas de su generación, pero su vida personal estuvo marcada por la tristeza y el aislamiento.
Nacida en Tehuacán, Puebla, el 19 de septiembre de 1935, Maricruz mostró desde joven su inclinación por el arte. Su carrera despegó tras audicionar para el papel principal en la telenovela “Teresa”, donde su interpretación de una mujer ambiciosa la catapultó a la fama. Sin embargo, a pesar de su éxito en la pantalla, su vida privada se envolvió en un manto de misterio y especulación. Se rumoreaba que sus relaciones con hombres eran más por conveniencia que por amor, en un contexto donde la aceptación de la diversidad sexual era prácticamente inexistente.
En los años 70, Olivier protagonizó “Tres mujeres en la hoguera”, película considerada pionera por su representación abierta de temáticas LGBTQ+. Sin embargo, la vida de Maricruz fue una constante lucha entre su éxito profesional y su deseo de vivir abiertamente su sexualidad. Atrapada en un mundo que no aceptaba su verdadero ser, enfrentó la soledad y la represión. Su salud se deterioró por los excesos, y en 1984, el cáncer la llevó a un final solitario en un hospital de la Ciudad de México.
Su muerte, a los 49 años, marcó el ocaso de una estrella que nunca se permitió ser completamente ella misma. Su legado perdura en la memoria de aquellos que la vieron brillar en la pantalla, mientras que su vida sigue siendo un recordatorio de las luchas que enfrentan quienes viven en la sombra de la sociedad. La historia de Maricruz Olivier es una mezcla de triunfo y tragedia, un eco de las voces que aún claman por ser escuchadas en un mundo que a menudo se niega a ver.