La reciente revelación del testamento de la icónica cantante mexicana Dulce, fallecida hace dos meses, ha causado una conmoción inesperada en el ámbito mediático. Su hija, Romina Mircoli, accedió al documento que podría esclarecer el legado de su madre, pero lo que encontró ha generado más preguntas que respuestas. La reacción de Romina fue intensa e incontrolable, sugiriendo que el contenido del testamento podría haber incluido decisiones drásticas que Dulce tomó anticipando una posible controversia familiar.
Dulce, conocida por su poderosa voz y su impacto en la música romántica de México, dejó un legado que va más allá de su carrera. A pesar de su imagen pública como madre amorosa, amigos cercanos han revelado que su relación con Romina no era tan armoniosa como parecía. Francisco Cantú, amigo de Dulce, ha declarado que hubo episodios de tensión y desacuerdos entre madre e hija, lo que ha añadido una capa de complejidad a la situación actual.
Mientras tanto, Romina ha defendido su vínculo con Dulce, rechazando las acusaciones de que su interés en la herencia fue el motivo detrás de su dolor. En entrevistas recientes, ha compartido que su madre no acumuló una fortuna significativa y que los costos médicos asociados a su enfermedad afectaron su situación financiera. A pesar de las dificultades, Romina planea preservar el legado artístico de Dulce, incluyendo la posibilidad de un álbum póstumo con grabaciones inéditas.
El testamento de Dulce podría contener aspectos relacionados con derechos de autor y bienes acumulados, lo que ha despertado un gran interés entre los fans y medios. En medio de esta controversia, Romina se enfrenta al desafío de lidiar con el duelo y la exposición pública, mientras busca honrar la memoria de su madre y garantizar que su legado continúe inspirando a futuras generaciones. La historia de Dulce y Romina, marcada por el amor, la música y la complejidad familiar, sigue capturando la atención del público, dejando una profunda reflexión sobre las relaciones y el legado artístico.