**Título: “¿VICKY HACE POLÍTICA CON LO QUE LE PASÓ A MIGUEL URIBE? Le llueven críticas”.**
En un giro escandaloso de los acontecimientos, Vicky Dávila, reconocida figura del uribismo, ha sido objeto de fuertes críticas tras aprovechar el lamentable atentado contra Miguel Uribe Turbay para hacer política. Mientras el país se conmociona por el ataque, Dávila parece utilizar el dolor ajeno como plataforma para incitar al odio contra el presidente Gustavo Petro. Este comportamiento ha desatado una ola de indignación en las redes sociales, donde numerosos ciudadanos la acusan de promover la división y la violencia política en Colombia.
El ataque contra Uribe Turbay ha generado una profunda preocupación en la opinión pública, pero la respuesta de Dávila ha sido calificada como “asquerosa” y “miserable”. En lugar de solidarizarse con las víctimas, Dávila ha redoblado sus esfuerzos por desacreditar al gobierno, acusándolo de fomentar un ambiente de odio. Sus detractores aseguran que su retórica incendiaria no solo es irresponsable, sino peligrosa, especialmente en un contexto donde la vida de los políticos y ciudadanos está en riesgo.
Voces de la oposición se han alzado para condenar el uso del sufrimiento ajeno con fines políticos. Muchos argumentan que el comportamiento de Dávila es un claro ejemplo de cómo algunos sectores intentan capitalizar el dolor y la tragedia para sus propios intereses. En medio de esta tormenta, el país se enfrenta a una pregunta crucial: ¿hasta dónde llegarán algunos políticos en su afán por desacreditar a sus adversarios?
Mientras tanto, la salud de Miguel Uribe permanece en un estado crítico. Los médicos luchan por estabilizarlo, y la indignación popular crece por la falta de garantías de seguridad para los opositores. La situación se vuelve más tensa a medida que se cuestiona el papel de las autoridades y la protección que deben brindar a todos los candidatos. La democracia en Colombia está en juego, y las acciones de figuras como Dávila podrían tener consecuencias devastadoras. La comunidad clama por unidad y respeto, mientras la sombra de la violencia política amenaza nuevamente.