Un atentado contra la vida del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del Centro Democrático, ha conmocionado a Colombia en la tarde de este sábado. El ataque ocurrió en el parque del Golfito, en la localidad de Modelia, Bogotá, mientras Uribe participaba en un evento político con otros candidatos. Testigos reportaron que el agresor, un joven de 14 años, le disparó en la cabeza y en el costado, dejándolo gravemente herido.
La noticia ha provocado reacciones inmediatas en el ámbito político, con expresiones de solidaridad y condena al ataque. La exministra María Fernanda Cabal y el expresidente Iván Duque han expresado su apoyo, mientras que el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una recompensa de hasta 3,000 millones de pesos por información que lleve a la captura de los responsables.
Se informó que Uribe fue trasladado de urgencia a la clínica Medicentro y, posteriormente, a la Fundación Santa Fe, donde se encuentra en estado crítico y en proceso de cirugía. En un comunicado, la clínica confirmó que el senador ingresó con dos impactos de bala en el cráneo y una herida en la rodilla, lo que genera una gran preocupación sobre su estado de salud.
El presidente Gustavo Petro, en un Consejo de Seguridad, aseguró que se investigará a fondo el atentado, y rechazó cualquier uso político del dolor que genera este tipo de violencia. “La política debe ser libre de violencia”, declaró, enfatizando que la vida de todos los colombianos, incluidos los opositores, debe ser protegida.
Este incidente resalta la creciente polarización y el clima de violencia que amenaza la democracia en Colombia. Las autoridades han hecho un llamado a la calma y a la unidad, mientras el país observa con inquietud los desarrollos de esta situación crítica. La seguridad de los candidatos en el próximo proceso electoral está ahora bajo un intenso escrutinio, y el gobierno se enfrenta al desafío de restaurar la confianza en un entorno cada vez más hostil.